También fue Rivadavia un “comerciante” y uno de los precursores y
promotores de los negociados de estos pagos. Como consecuencia del libre
comercio, se produjeron, y no casualmente, saldos negativos en nuestra
balanza de pagos que originaron nuestra primera deuda externa.
Bernardino Rivadavia y Manuel J. García, representantes de la oligarquía
porteña, se encontraban en la cúspide del poder, la influencia
británica está en su apogeo. Rivadavia solicitó el cargo de Ministro Plenipotenciario de las Provincias Unidas en Francia e Inglaterra, y viajó a Londres para ser designado presidente del directorio de la compañía minera “River Plate Mining Association”. Regresó el año siguiente a Buenos Aires, asegurando que “interpondría su prestigio a favor del negocio” (y que flor de negocio!!!) Llegó a ser al mismo tiempo, Presidente de las Provincias Unidas, y director de al River Plate Mining, de capital mixto inglés – porteño. Se ocuparía entonces de nacionalizar el subsuelo de las provincias, incluidas las minas de Famatina.
El 6 de noviembre le informaba a Hullet (de la Minning):
"El negocio que más me ha preocupado, que más me ha afectado, y sobre el cual la prudencia no me ha permitido llegar a una solución, es el de la Sociedad de Minas ...todas las minas desocupadas de las provincias de Salta, Mendoza y San Juan se encuentran a disposición de La Sociedad. Con respecto a las existentes en La Rioja, cuya importancia es superior a las de las otras provincias, en el transcurso de un corto plazo, con el establecimiento de un gobierno nacional todo cuanto debe desearse se obtendrá. .. ello (ahora) es imposible por la posición en que ha sido colocado el Congreso; la necesidad de un cambio es evidente y las primeras medidas ya han sido tomadas ... Me veo obligado a emplear la mayor circunspección para no comprometer inútilmente mi influencia y no debo decir mas por el momento".
El 27 de enero de 1826 informa:
"Ya no puedo demorar por más tiempo la instalación del gobierno nacional ... tan pronto que sea nombrado procederé a procurar la sanción de la ley para el contrato de la compañía" y el 14 de marzo después aprobada y reglamentada la ley : "Las minas son ya, por ley, de propiedad nacional y están exclusivamente bajo la administración del Presidente de la República" (Del presidente de la República y socio de la Minning) Detalles de estos “negocios” (para otros, por supuesto, no para los argentinos) pueden encontrarse con detalles en “Rivadavia y el Imperialismo Financiero.” (J.M. Rosa. Edición 1969)