28 de agosto de 2012


3 DE MARZO DE 1816




  El 3 de marzo de 1816, Juana Azurduy lideró la guerrilla que atacó el cerro de Potosí , derrotando las tropas realistas. Debido a su actuación, recibió el rango de teniente coronel y el general Belgrano le hizo entrega simbólica de su sable.


  Imagen Mabel Castro.


BICENTENARIO DEL EXODO JUJEÑO 

  El 23 de agosto se cumplen 200 años años del inicio de una de las epopeyas más notables de la historia del pueblo argentino: el Exodo Jujeño. Una patriada protagonizada por todo un pueblo y conducida por el querido general Belgrano. En memoria de todos ellos aquí va esta nota. 

  A 200 años del éxodo jujeño
Por Felipe Pigna

  El 26 de marzo de 1812 Manuel Belgrano pudo hacerse cargo del ejército del
 Norte, si se podía llamar ejército a ese grupo de hombres desarrapados, desarmados y mal alimentados. El panorama era desolador: de los 1500 soldados sobrevivientes, casi 500 estaban heridos o enfermos. Había 600 fusiles y 25 balas para cada uno. Le escribía al secretario y hombre fuerte del Primer Triunvirato, Bernardino Rivadavia: “Siempre me toca la desgracia de que me busquen cuando en enfermo ha sido atendido por todos los médicos y lo han abandonado. ¿Se puede hacer la guerra sin gente, sin armas, sin municiones, si pólvora siquiera? Usted me ha ofrecido atender a este ejército: es preciso hacerlo y con la celeridad del rayo, no por mi, pues al fin mi crédito es e poco momento, sino por la patria.” Pero ni Rivadavia ni el gobierno centralista que representaba se conmovieron y el general tuvo que arreglárselas como podía, y pudo reorganizar aquellas tropas, recomponer la relajada disciplina y, gracias a la colaboración de la población, proveerlo de lo indispensable como para lanzarse al ataque.
Belgrano tenía un concepto que lamentablemente fue olvidado por muchos generales argentinos del siglo XX: “La subordinación del soldado a su jefe se afianza cuando empieza por la cabeza y no por los pies, es decir cuando los jefes son los primeros en dar ejemplo; para establecerla basta que el General sea subordinado del gobierno, pues así lo serán los jefes sucesivos en orden de mando. Feliz el ejército en donde el soldado no vea cosa que desdiga la honradez y las obligaciones en todos los que mandan.”
  Las tropas que comandaba Belgrano, como todas las de nuestras guerras de independencia, pasaban meses y años sin cobrar sus sueldos, estaban mal vestidas y sufrían todo tipo de necesidades. A Belgrano se le ocurrió repartir terrenos a cada regimiento para su cultivo, todos los cuerpos tuvieron una huerta abundante de hortalizas y legumbres, y de este modo, todos llenaron su necesidad y entretenían su equipo, porque los frutos que sobraban se vendían en beneficio de todos los soldados que los habían cultivado.
La imagen de un Belgrano flojo, no se corresponde en absoluto con la realidad. Aplicaba la disciplina militar con todo rigor, incluso con el obispo de Salta, a quien le ordenó salir de esa capital en el plazo de 24 horas, al interceptar una correspondencia con el jefe enemigo Goyeneche.
  Ante la inminencia del avance de un poderoso ejército español desde el Norte al mando de Pío Tristán, Belgrano emitió estando en Salta un Bando fechado el 29 de julio de 1812, disponiendo la retirada general ante el avance de los enemigos. La orden de Belgrano era contundente: había que dejarle a los godos la tierra arrasada, ni casas, ni alimentos, ni animales de transporte, ni objetos de hierro, ni efectos mercantiles. Sabía que las tropas realistas llegarían a Jujuy muertas de hambre y de sed con la ilusión de abastecerse y se proponía no dejarles nada. Para eso contaba con el apoyo incondicional de todo un pueblo que lo venía dando todo por la causa revolucionaria. Los más pobres eran los que compartían lo poco que tenía con las tropas patriotas. Pero Belgrano desconfiaba profundamente de las oligarquías locales a los que llamaba “los desnaturalizados que viven entre nosotros y que no pierden arbitrios para que nuestros sagrados derechos de libertad, propiedad y seguridad sean ultrajados y volváis a la esclavitud”. Tenía datos precisos de que ya estaban en contacto con la avanzada española para hacer negocios con las probables nuevas autoridades de las que habían recibido la garantía de respetar sus propiedades. Belgrano no les dejó alternativa o quemaban todo y se plegaban al éxodo o los fusilaba.
  Belgrano lanzó su arenga: Desde que puse el pie en vuestro suelo para hacerme cargo de vuestra defensa, os he hablado con verdad... Llegó pues la época en que manifestéis vuestro heroísmo y de que vengáis a reuniros al ejército a mi mando, si como aseguráis queréis ser libres”.
 
  Todo aquel pueblo, hombres mujeres, ancianos y niños, partieron a las cinco de la tarde de aquel 23 de agosto de 1812. El general Belgrano fue el último en partir a las doce de la noche de aquel día destinado a pasar a la historia. Quería estar seguro que no quedaba nada ni nadie. Y quería también asegurar la retaguardia de todo aquel pueblo andante. En enemigo enfurecido le mordía los talones.
 
  La gente llevaba todo lo que podía ser transportado en carretas, mulas y en caballos. Se cargaron muebles y enseres y se arreó el ganado en tropel.
 
  Los viejos echaban una última, en no pocos casos en más de un sentido, a sus casas, en las que habían nacido cuando la colonia parecía el único sistema posible, cuando quedaban tan lejos los vientos libertarios que sonaban ahora, tan lejos de aquellos fuegos que ahora devoraron las cosechas y en las calles de la ciudad hacían arder los objetos que no podían ser transportados. Eran ellos, los ancianos, los encargados de contarles a los nietos que todo esto se hacía para ellos, para que vivieran otra vida, mejor que la de ellos, libre.
 
  Los voluntarios de Díaz Vélez, que habían ido a Humahuaca a vigilar la entrada de Tristán y volvieron con la noticia de la inminente invasión, fueron los encargados de cuidar la retaguardia. El repliegue se hizo en tiempo récord ante la proximidad del enemigo. En cinco días se cubrieron 250 kilómetros y poco después la marea humana llegaba a Tucumán. Al llegar allí el pueblo tucumano le solicitó formalmente que se quedara para enfrentar a los realistas. Por primera y única vez Belgrano desobedeció a las autoridades, que querían obligarlo a retirarse sin pelear, y el 24 de septiembre de 1812, con el invalorable apoyo del pueblo tucumano obtuvo el importantísimo triunfo de Tucumán. Animados por la victoria, Belgrano y su gente persiguió a los realistas hasta Salta derrotándolos el 20 de febrero de 1813.
  Belgrano, sabia que la cosa no terminaría ahí, que el enemigo se retiraba para volver a atacar y decidió insistir a las autoridades de Buenos Aires sobre la urgente necesidad de equipar al ejército y pagar los sueldos atrasados. No se cansaba de mandar partes en los que describía el estado de sus soldados, los que le ponían el pecho a las balas en la última avanzada contra los godos: “La desnudez no tiene límites: hay hombres que llevan sus fornituras sobre sus carnes, y para gloria de la Nación hemos visto desnudarse de un triste poncho a algunos que los cubría para resguardar sus armas del agua y sufrirla con el mayor gusto”. Por supuesto que los gobernantes porteños que se repartían los beneficios del monopolio del puerto y de la Aduana, ni se dignaban a contestarle. Hasta que a Belgrano le subió la temperatura más de lo previsto y les mandó este parte que los denunciaba magistralmente: “Digan lo que quieran los hombres sentados en sofás, o sillas muy bonitas que disfrutan de comodidades, mientras los pobres diablos andamos en trabajos: a merced de los humos de la mesa cortan, tasan, destruyen a los enemigos con la misma facilidad que empinan una copa (...) Si no se puede socorrer al Ejército, si no se puede pagar lo que este consume mejor es despedirlo.”
 

  Por aquellos triunfos de Salta y Tucumán la Asamblea del Año XIII decidió premiar a Belgrano con 40.000 pesos oro (un millón y medio de dólares de hoy). El general no lo dudó un instante y escribió: “He creído propio de mi honor y de los deseos por la prosperidad de mi patria, destinar los cuarenta mil pesos que me fueran otorgados como premio por los triunfos de Salta y Tucumán, para la dotación de escuelas públicas de primeras letras." Lo que Belgrano no sabía era que la última de aquellas escuelas, se terminaría de construir en el año 2006. Es hora de que se haga justicia y se recuerde como se debe a aquel hombre extraordinario que dijo alguna vez: “Mucho me falta para ser un verdadero padre de la Patria, me contentaría con ser un buen hijo de ella.”

18 de agosto de 2012


“El Día de la Reconquista de Jujuy"

  El 21 de marzo de 1813,  un mes después de la batalla de Salta, Belgrano reconquistaba Jujuy al frente de tropas saltojujeñas que integraban su ejército, luego de derrotar a las tropas de Socasa que guardaban la plaza jujeña.
  Antes de la difícil  partida el 23 de agosto  Belgrano, de  su puño y letra escribió en las actas del Cabildo:  
  "Aquí comienza el Cabildo del tiempo de los tiranos".
  Luego de producida la reconquista  Belgrano se presentó nuevamente en el Cabildo y nuevamente de su puño y letra escribió:
  “Aquí concluyó el Cabildo establecido por la tiranía, que fue repulsada, arrojada, aniquilada y destruida con la célebre y memorable victoria que obtuvieron las armas de la Patria el 20 de febrero de 1813, siendo el primer soldado de ellas  Manuel Belgrano".
  Por este motivo en esta fecha se celebra en Jujuy el ”Día de la Reconquista”



  Cole Profesores Historia Jujuy

11 de agosto de 2012

10 de abril de 1867

  BATALLA DE POZO DE VARGAS, en torno al jagüel de Vargas, en el camino apenas saliendo de La Rioja a Catamarca, durante siete horas desde el mediodía hasta el anochecer, se libró la batalla más sangrienta de nuestras guerras civiles.
  El ejército “nacional” (mitrista) del Noroeste –reforzado con los veteranos del Paraguay y su brillante oficialidad y con los cañones que los buques ingleses habían descargado poco antes en el puerto de Buenos Aires- al mando del general liberal Antonio Taboada (del clan familiar unitario de ese apellido que dominó Santiago del Estero en la segunda mitad del siglo XIX), entró a la ciudad capital de La Rioja aprovechando la ausencia de su caudillo y obligó al coronel Felipe Varela a volver al sur para liberarla.
Ubicó sus fuerzas en el Pozo de Vargas, una hondonada de donde se sacaba barro para ladrillos, en el camino por donde venían las montoneras. El sitio fue elegido con habilidad porque Varela llegaría con sus gauchos al mediodía del 10, fatigados y sedientos por una marcha extenuante, a todo galope y sin descanso. Mientras, los “nacionales” habían destruido los jagüeles del camino, dejando solamente el de Vargas, a la entrada misma de la ciudad, a un par de kilómetros del centro. Taboada les dejará el pozo de agua como cebo, disimulando en su torno los cañones y rifles; sus soldados eran menos que los guerrilleros, pero la superioridad de armamento y posición era enorme.
  Al atardecer de ese trágico día de otoño se dieron las últimas y desesperadas cargas, y con ellas se terminaron de hundir todas las esperanzas de un levantamiento federal del interior en favor de la nación paraguaya de Francisco Solano López y la “guerra de la Unión Americana ”. Con un puñado de sobrevivientes apenas, Felipe Varela dio la orden de retirada, diciendo –despechado- al volver las bridas: “¡Otra cosa sería / armas iguales!”.

 Cole Profesores Historia Jujuy


                                                         foto de Claves Para la Historia.

Francisco de Argañaraz y Murguia, el Fundador de S.S. de Jujuy


Origen de la familia Argañarás


El Capitán Francisco de Argañarás desde Amezketa, en Gipuzkoa, a Córdoba de la Nueva Andalucía. Su residencia en Santiago del Estero, la fundación de San Salvador del Velasco en el Valle de Jujuy, y la extensión de la familia al Tucumán


Introducción

El fundador de Jujuy, del cual desciende la familia "Argañarás" de Córdoba, Argentina, se llamaba don Francisco de Argañarás y Murguía, nacido en Amezketa, pintoresca villa perteneciente al partido judicial se Tolosa, cerca de la frontera de Navarra, en la provincia deGipuzKoa -en el país vasco .

Consta en su información de méritos y servicios, presentada ante la real audiencia de La Plata el 24 de diciembre de 1596, que era hijo legítimo del Capitán Martín Ochoa de Argañarás y de doña Leonor de Murguía, hija a su vez de don Amadís de Murguía, Señor de la Casa y Palacio de Murguía, en Astirraga y de Doña María Ortiz de Sandoval. Su padre fue conquistador de La Florida e intervino en Santo Domingo, Cuba y en Jamaica. En ausencia de Martín Ochoa de Argañarás los hijos habían quedado en la vieja casa de Amezketa, solos con su madre, doña Leonor Murguía y Ortiz de Sandoval.

La matrona vasca hizo renuncia voluntaria de todo lo que no fuera la instrucción de sus hijos. Debía protegerlos de la orfandad circunstanciada por la ausencia del progenitor, a quien no vería nunca puesto que murió guerreando en las tierras del Nuevo Mundo. Y este hecho, unido a la pérdida de los bienes patrimoniales, originó que los jóvenes tuvieran que enrolarse en los ejércitos del rey.


El mayor de ellos, Martín, murió en poco tiempo guerreando en Flandes Y el otro, Francisco, tuvo una vida llena de sacrificios, compensados finalmente por la gloria de haber fundado San Salvador de Jujuy. Francisco nació en 1566 y heredero de ilustre prosapia a la muerte de su hermano mayor pasó a ser Señor de la Casa de Argañarás y legítimo sucesor de la de Murguía.

En América

A los 19 años Francisco cruzó el Atlántico llegando al Caribe, siendo el único representante genealógico de los Argañarás guipuzcoanos, con ciertos valores esenciales, aunque de cotización problemática. Como un nombre ilustre y una esperanza nutrida de sueños y de aspiraciones. América se le ofrecía con sus bosques impenetrables, sus páramos inmensos, sus montañas coronadas de nubes.

Y así lo vemos un día en Panamá. Y otro en Cartagena de Indias. y en las costas del Ecuador, sirviendo en distintas expediciones. Hasta que al fin logra su aspiración de llegar a la Ciudad de los Reyes: Lima. Centro vital del virreinato que abarca de norte a sur todo el sojuzgado imperio de los Incas. Allí pasa algunos meses sin mayor provecho en esa ciudad de vanidades y protocolos cortesanos, decidiendo actuar en otras latitudes.

Se dirigió hacia tierras del sur que ofrecían posibilidades inmediatas en los fértiles valles calchaquíes y las serranías de Tucumán. En el otoño de 1586 dirige una expedición que cruza el altiplano andino con las escasas fuerzas reclutadas en Potosí por el gobernador del Tucumán, don Juan Ramírez de Velasco. Baja por la Quebrada de Humahuaca y llega hasta Santiago del Estero donde se establece y fija su residencia, sirviendo lealmente al gobernador.

En Santiago del Estero contrajo matrimonio con Doña Bernardina Mexía Mirabal y Salazas, hija del Capitán Hernán Mexía Mirabal, uno de los más famosos conquistadores del Tucumán, y de su legítima esposa, Doña Isabel de Salazar.

Hay una versión equivocada, que presenta a Bernardina como hija del Capitán Hernán Mexía Mirabal de otra unión o matrimonio, con María Mejía, una india cordobesa principal, hija del cacique de Mancho, pero con esta tuvo dos hijas, llamadas Leonor Mejía y Ana Mejía.

Fundación de Jujuy

Un día se le ofrece la oportunidad ambicionada. Ramírez de Velasco lo designa para fundar una ciudad en el estratégico valle de Jujuy. Francisco de Argañarás tenía 33 años, trece de ellos pasados en tierras americanas, siete de los cuales de actividad en el Tucumán.

Esta era una empresa difícil y no cualquiera podía realizarla, puesto que en el valle de Jujuy hubo anteriormente dos fundaciones de la ciudad que fueron destruidas por los indios: Ciudad de Nieva en 1561 y San Francisco de Alava en 1575, arrasadas casi de inmediato por los nativos pusieron de manifiesto las dificultades de la tarea. Ninguna de ambas prosperó porque la resistencia aborigen no lo permitió.

El tercer intento tenía que perdurar, puesto que el largo camino al Perú exigía nuevas fundaciones para consolidar la ocupación de las tierras por el paso estratégico y obligado de la Quebrada de Humahuaca. El extremo sur del valle de Jujuy resultaba ideal a los españoles para enclavar una ciudad que sirviera de apoyo a la comunicación entre el Tucumán -el territorio que hoy ocupan las provincias de Santiago del Estero, Córdoba, Tucumán, Catamarca, La Rioja, Salta y Jujuy- y el Perú.

Apelando a su prestigio de hombre valiente y al respeto y confianza de sus numerosos amigos, logró preparar una partida con el dinero de la dote de su esposa, tal como él mismo lo afirma en su información.

En Enero de 1593 parte de Santiago del Estero, pasando por Salta donde hizo las providencias del traslado. Con numerosos indios yanaconas abriendo la marcha, dieciocho carretas cargadas, soldados de guardia con arcabuces para vigilar la carga; tropas de caballos, caprinos y ovejas. Las mujeres en carretas enormes y bamboleantes por aquellos caminos todavía sin historia, rumbo a Jujuy. Y, por último, la milicia de los hidalgos con sus armaduras y armas de guerra, los ballesteros y un falconete.

El 19 de Abril de 1593, domingo de Resurrección, después de elegido el lugar para la fundación, procede al ceremonial acostumbrado, las palabras del Evangelio y las cosas de la Santa Fe católica. En presencia de soldados y pobladores mandó hacer un hoyo en el centro del solar señalado para plaza pública, en donde colocó un palo, por picota y símbolo de la justicia real.En toda fundación se colocaba en la plaza el rollo o picota como signo de jurisdicción o autoridad real. Era una piedra o columna de madera, símbolo de la justicia, ante la cual se aplicaban las máximas sanciones penales. La picota testimoniaba el poder conferido al jefe de la expedición para dictar y hacer cumplir las leyes de servicio público.


La ceremonia tenía que ser solemne: el fundador toma posesión del terreno en nombre del rey de España, levanta la espada y hace el reto a quienes se opongan a la posesión de la tierra y fundación de la ciudad. Francisco desnuda su espada, con la cual tira al aire tajos y reveses, arrancó hierbas, tiró piedras y en nombre del Rey tomó posesión de la tierra; después requiere en voz alta a los presentes, por si entre ellos hubiera alguno que contradijera el lugar del asiento de la nueva ciudad y su jurisdicción. No habiendo en el concurso quien alegara en contra se dio por terminado el acto de la fundación, llamándose la ciudad San Salvador del Velasco.


Soldado y hombre trabajador incansable, buen padre de familia que luchó contra el destino inseguro, contra los elementos de la naturaleza, contra los peligros propios del medio y contra todos los obstáculos. La capacidad, habilidad y valor de don Francisco de Argañarás y Murguía, lograron el milagro de levantar la ciudad en el espléndido Valle del Xibixuy

Hizo cuanto pudo para sobrevivir, por sustraer su nombre a los riesgos inevitables de la indiferencia o el olvido, que vienen a ser, en forma cierta, los más constantes colaboradores de la muerte.


Desde el año 1952, el nombre de la ciudad es San Salvador de Jujuy.



Apellido Argañarás:

Linaje vasco, de la villa de Amezqueta, en el partido judicial de Tolosa (Guipúzcoa).


Argañarás es una palabra contracta del vascuense, compuesta de tres elementos léxicos: "arri", "gañara" y "aitza". Las dos primeras indican lugar o parte topográfica y, además, el color rosado. La tercera significa peña o afloración rocosa. El sentido global de la palabra sería pues: "Lugar de la peña rosada" o "la veta o parte rosada de la peña o de la roca". Una variante española de este apellido es el de Arguinaris.


Otros autores le atribuyen origen francés, fundamentando su afirmación en el hecho de que en éste país existe el apellido D´Arguenaras o D´Arguegnaras, del cual Argañarás no sería más que un derivado.


El apellido se escribe aún en forma indiscriminada con "s" o con "z" por los miembros de las distintas ramas de esta estirpe que existen en América.


Argañarás en Córdoba del Tucumán


Francisco de Argañarás y Murguía y Doña Bernardina Mexía Mirabal y Salazartuvierom ocho hijos en Santiago del Estero La familia se extendió al Tucumán, contando en Córdoba con la presencia de su hijo Pablo de Argañarás y Murguía y Mexía Mirabal, que era Maestre de Campo y vecino de Córdoba, casado con Doña Antonia de Vera y Aragón.


El nieto de Francisco y Bernardina, Felipe de Argañarás y Murguía y Vera de Aragón, nació en Córdoba en 1664. Casado con Doña Antonia de Cabrera y Mendoza, nieta segunda paterna de Don Jerónimo Luis de Cabrera, fundador de la ciudad de Córdoba de la Nueva Andalucía, y de su esposa Doña Luisa Martel de los Ríos y Mendoza. Los hijos de Felipe y Antonia fueron:


§ Francisco de Argañarás y Murguía y Cabrera Mendoza.

§ Pablo de Argañarás y Murguía y Cabrera Mendoza, fallecido en 1732.

§ María de Argañarás y Murguía y Cabrera Mendoza, casada en el Totoral en 1678.

El árbol genealógico es difícil de unir con fechas por lo cual no se realiza todavía por completo. En el último siglo parte de la familia Argañarás de Córdoba desciende de Salvador Argañarás y Álvarez, hijo de Salvador Argañarás y Eugenia Álvarez. Nació en 1887 y se casó en 1914 con María Maldonado y Allende. Tuvieron cinco hijas:


§ María Eugenia Argañarás Maldonado, se casó con Hugo de la Rosa Igarzábal.

§ Raquel Josefina Argañarás Maldonado, se casó con Carlos Crespo Caballero

§ Beatriz Argañarás Maldonado, se casó conJuan Antonio Álvarez Ocampo.

§ Elsa Susana Argañarás Maldonado, se casó con Mauricio A. Ferrari.

§ María Elena Argañarás Maldonado, se casó con Miguel Angel Bustos Vocos.


Esta es historia reciente y sigue con una numerosa familia que se reúne en el recuerdo, el 26 de Marzo de 2005, en Villa Rivera Indarte de Córdoba - Argentina.

por Julio Crespo Argañarás


Fuentes:
  • Argañarás, Salvador R.- Genealogía de la familia Argañarás - Escritos 1965 - 1975 -Córdoba
  • Bustos Argañaráz, Carlos P.-Francisco de Argañarás y Murguía - Centro de Estudios Genealógicos de Córdoba, Argentina. 1973
  • Perez Valiente de Moctezuma - El Capitán Francisco de Argañarás- La Nación -Buenos Aires-1953
  • Carrillo Horacio- La Fundación de Jujuy -La Prensa- Buenos Aires-1941
  • Torre Revello, José -La Fundación de la Ciudad de San Salvador de Velazco - La Prensa-Buenos Aires- 1936
  • Euskal Abizenak -Archivo general de Gipuzcoa -2005
  • elanillo.com-Anillo de Genealogía Hispana-2005
  • APELLIDOS de GIPUZKOA -Compendio Historial de Guipúzcoa de LOPE MARTÍNEZ DE ISASTI (1625)
  • paisvasco.net/gipuzkoa/amezketa
  • gipuzkoa.net/amezketa
  • -Familias Argentinas y Ancestros - Anillo de Genealogía Hispana -2005
  • www.raicesyalasdecordoba.8m.com

por Julio Crespo Argañarás



Escudo familiar del Capitán Francisco de Argañarás y Murguía, fundador de Jujuy Fuente: La Nación (Argentina) 19 de Abril 1953



Firma de Don Francisco de Argañaraz

4 de agosto de 2012


Héctor Tizon un gran exponente de la cultura



  Entre 1943 y 1948 vivió en Salta, donde cursó el secundario y publicó sus primeros cuentos en el diario El Intransigente. Formó parte de el grupo regional La Carpa grupo formado en la década de 1940 por las provincias del noroeste argentino.
  En 1949 se radicó en La Plata. Diplomado en Derecho en el año 1953, inició en 1958 su carrera diplomática. Fue agregado cultural enMéxico, donde se vinculó con los escritores Juan Rulfo, Ernesto Cardenal, Ezequiel Martínez Estrada, Augusto Monterroso y Tomás Segovia, y cónsul en Milán.
  Abandonó la diplomacia en 1962 y, de regreso en Argentina, desempeño brevemente el cargo de ministro de Gobierno, Justicia y Educación.
Dirigió el diario Proclama. En 1976 se exilió en España, donde trabajó en editoriales, diarios y revistas.
  Afiliado a la Unión Cívica Radical, representó como convencional a su provincia en la Convención Nacional que reunida en Santa Fe sancionó la reforma constitucional de 1994 integrando el bloque radical presidido por Raúl Alfonsín. A mediados de la década de 1990, a instancias de la minoría radical, la legislatura jujeña lo designa Juez de Superior Tribunal de Justicia, como Juez Decano, y vicepresidente del cuerpo.
  Viajó largamente por el mundo; como embajador de 1958 a 1962, como exiliado de 1976 a 1982, pero "su lugar en el mundo", al que volvía una y otra vez, fue Yala, provincia de Jujuy, donde se radicó tempranamente cuando su padre fue nombrado jefe de la estación local.
  Su primer libro fue publicado en México en 1960, A un costado de los rieles. Parte de su obra, siempre fiel a sus raíces y su lugar de origen con sus mitos e historias, ha sido traducida al francés, inglés, ruso, polaco y alemán. Su obra ha sido distinguida con varios premios,4 incluyendo el de «Brillante», así como con los de «Consagración Nacional», Academia de Letras, «Gran Premio de Honor» de la Sociedad Argentina de Escritores, y del Fondo Nacional de las Artes; fue declarado ciudadano ilustre y recibió una medalla por su trayectoria, labor y virtud a su extensa obra de gran importancia para la literatura universal.
  Recibió la condecoración de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras en Francia.
  Estaba casado con la filóloga Flora Guzmán.
  Una calle de Palpalá, Jujuy, lleva su nombre.

  OBRAS

§  A un costado de los rieles (1960) Relatos
§  Fuego en Casabindo (1969) Novela
§  El cantar del profeta y el bandido (1972) Novela
§  El jactancioso y la bella (1972) Relatos
§  Sota de bastos, caballo de espadas (1975) Novela
§  El traidor venerado (1978) Relatos
§  La casa y el viento (concluido en España en 1982, publicado en Argentina en 1984) Novela
§  Recuento (1984) (antología personal) Relatos
§  El viaje (1988) Novela
§  El hombre que llegó a un pueblo (1988) Novela breve
§  El gallo blanco (1992) Cuentos
§  Luz de las crueles provincias (1995) Novela
§  La mujer de Strasser (1997) Novela
§  Tierra de frontera (1998) Ensayo
§  Obra completa (1998)
§  Extraño y pálido fulgor (1999) Novela
§  El viejo soldado (escrito en el exilio, publicada en 2002) Novela
§  La belleza del mundo (2004) Novela
§  No es posible callar (2004) Ensayos
§  Cuentos completos (2006)
§  El resplandor de la hoguera (2008) Memorias

      La Puna como lenguaje
  En un artículo,5 se explicó refiriéndose a la obra de Tizón: "El paisaje no es el marco que encuadra la historia o los personajes; el paisaje es la historia misma, porque así como el personaje engendra el paisaje, en un movimiento de endogénesis, también los personajes y sus historias sólo pueden ser concebidos en ese paisaje".
  Si bien en la obra de Tizón existen situaciones que se dan en lugares puntuales como la Puna, las historias que en sus textos se cuentan exceden cualquier regionalismo y folclore, centrándose más bien en los problemas universales del hombre, esto es, la vida, la muerte, el amor, el sentido de la amistad, el odio, etcétera.

      Sobre la génesis de sus relatos
  Al referirse al modo de crear sus cuentos, Tizón nos dice: "Generalmente, un cuento se me da por medio de la imagen, no algo que veo con los ojos sino una imagen que puedo prever, una imagen mental. El otro camino puede ser una frase cualquiera". Y, acerca del dominio de su oficio, el escritor habla de "herramientas" que están "en los almacenes universales del arte de escribir" y "algunas que me he fabricado yo mismo adaptándolas a otras".

     Estilo y límites
  Si prestamos atención a la cantidad de libros escritos, el novelista gana al cuentista; pero si se atiene a la factura de la obra, en ambos géneros Tizón prefiere la intensidad y el límite propios del cuento. Da la impresión de querer verter toda su potencia narrativa no tanto en el argumento como en la atmósfera; y lo hace con parquedad magistral, en absoluto presuntuosa, no derrochando palabras, contando la historia como si las palabras pudiesen herir al lector si se abusa de ellas.

      Características de su producción literaria
  En términos generales, interesa remarcar dos momentos de su producción literaria, inseparables de su biografía: el antes y el después del exilio, de su salida forzosa de Yala. Tizón, aunque obsesionado por el arraigo, se exilió en España (1976-1982) durante la dictadura militar de la Argentina y es donde se produce un cambio fundamental que interviene profundamente su universo literario. La primera etapa podría estar representada por los libros escritos antes del exilio, como las novelas "Fuego en Casabindo" y "El cantar del profeta y el bandido"; y los cuentos "El jactancioso y la bella" y "El traidor venerado". A la segunda etapa se le adscribe lo escrito durante eldestierro y después de él. Su tema recurrente es ahora el abandono de lo propio. "La casa y el viento" es, por ejemplo, la crónica del exilio, de la huida onírica a través de la Puna en un intento tal vez desesperado por salvar su vida. El cuento "Los árboles" retoma el tema de la desolación del extranjero, la imposibilidad (vivida intensamente por él mismo) de no poder crear en una tierra extraña. Al regreso a la argentina, la novela "El hombre que llegó a un pueblo" es el fracaso de esa llegada. El cuento "Regreso" narra las perplejidades de un regreso imposible.

       Filmografía
  §  Le mot juste (documental biográfico), dirigida por Eduardo Montes-Bradley. Argentina, 2004.
  §  El destino (en Internet Movie Database, en inglés), película de Miguel Pereira basada en la novela El hombre que llegó a un pueblo, ganadora del Premio del Jurado Ecuménico del Festival Internacional de Karlovy Vary 2006, España/Argentina, 2006.


Publicado por Martin Alejandro Álvarez