Don Domingo Belgrano y Peri (transformado en Pérez) original de la Liguria italiana se radicó en Buenos Aires en 1759 donde constituyó su hogar con Dña. María Josefa González Casero logrando además, forjar una interesante fortuna. De ése matrimonio nacieron 11 hijos, 7 varones y 4 mujeres. Manuel Joaquín del Corazón de Jesús nació el 3 de Junio de 1770 y fue bautizado al día siguiente de su nacimiento en la Catedral por el Prb. Juan Baltasar Maciel.
En el libro parroquial de bautismos de la Iglesia Catedral de Buenos Aires, iniciado en el año de 1769 y concluido en el de 1775, se lee al final de la página 43:
"En 4 de junio de 1770, el señor doctor don Juan Baltasar Maciel, canónigo magistral de esta santa iglesia Catedral, provisor y vicario general de este obispado, y abogado de las reales audiencias del Perú y Chile, bautizó, puso óleo y crisma a Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús, que nació ayer 3 del corriente: es hijo legítimo de don Domingo Belgrano Pérez y de doña Josefa González: fue padrino D. Julián Gregorio de Espinosa".
Estudió las primeras letras en su casa, con maestros particulares, como era habitual en esa época. Luego, ingresó al Real Convictorio Carolino donde se graduó en 1786. Viajó a España en Salamanca y Oviedo graduándose de bachiller en 1789. Se graduó en Leyes en la Universidad de Salamanca a los diecinueve años de edad, en Valladolid se recibió de abogado en 1793. Aún en España, complementó sus estudios con la lectura de las obras de Montesquieu y de los enciclopedistas (Diderot, D'Alembert, Rousseau, Voltaire, D'Holbach, Quesnay y Turgot). Se interesó mucho por las ideas de Gaspar de Jovellanos, que por entonces, había redactado un informe sobre la ley agraria, criticando las formas en las que se explotaba la tierra en Andalucía, ya que se producía poco; propuso formas alternativas de división de la tierra y el aumento de producción de la misma. También estudió idiomas y realizó prácticas profesionales en algunos bufetes de abogados.
“aprovechando su familiaridad con el italiano, el francés y el inglés, las lecturas que lo pusieron en conocimiento de las diversas corrientes del pensamiento europeo en el ámbito de la economía política”.
En aquella época las ideas de la economía política hacían furor en España y toda Europa se convulsionaba con las doctrinas y los hechos de la Revolución Francesa. Su ya destacada personalidad fue reconocida con el nombramiento como miembro de la Academia de economía de Salamanca.
El 6 de Diciembre de 1793 fue designado Secretario Perpetuo del Real Consulado a crearse en Buenos Aires. A principios de 1794 viajó de Madrid a Cádiz donde se embarcó de regreso a su Patria.
Al llegar se relacionó con jóvenes como Juan José Castelli y Juan Hipólito Vieytes, y en el seno de ésa amistad comenzarían a fraguarse las ideas que producirían algunos años después la revolución de Mayo.
"El pensamiento político y social de Belgrano, su obra que hace resaltar en él a uno de los pocos estadistas, en aquella época de su naciente patria, puede decirse que fue absorbida por su acción de guerrero, en las luchas por conseguir la libertad. Pero las influencias de estas ideas se trasuntan en sus Memorias económicas, en el Consulado, y en sus escritos en el Correo de Comercio y en el Semanario de Agricultura".
Las memorias del Consulado de Buenos Aires y Artículos del Correo de Comercio
El Real Consulado de Buenos Aires era una de las instituciones coloniales más importantes junto al Virrey y al Cabildo. Se instaló en Buenos Aires en 1794 a pedido de los comerciantes. El Consulado dependía directamente de la Corona española y debía guiarse según las normas establecidas por la Casa de Contratación de Sevilla. La creación del Consulado correspondía a las reformas que los reyes borbónicos habían diseñado para España y sus colonias con la finalidad de reestructurar la economía. Se organizó como un cuerpo colegiado con funciones de tribunal comercial que debía arbitrar en pleitos y denuncias presentadas por los comerciantes y controlar en el manejo de la Aduana. También estaba destinado a propiciar el fomento económico y en este campo, desempeñó un importante rol Manuel Belgrano, que había sido designado secretario perpetuo de la institución.
La legislación real estableció que el secretario del Consulado debía escribir cada año una memoria sobre alguna de las cuestiones que correspondían a la actividad del Consulado. Las sesiones anuales de la institución debían abrirse con la lectura de la memoria correspondiente.
Las memorias incluían consejos prácticos basados en las ideas económicas en boga en Europa, fundamentalmente influidas por la fisiocracia. Estos escritos contienen lo más importante del pensamiento de Manuel Belgrano fundamentalmente en lo relativo a la necesidad de liberalizar el comercio rioplatense del fuerte proteccionismo español con el fin de beneficiar a los comerciantes criollos. Además, en ellos, hacía hincapié en la necesidad que el comercio, la industria y la educación tenían para el crecimiento del Río de la Plata.
Estas ideas también fueron publicadas en diversos artículos del semanario Correo de Comercio, periódico dirigido por Belgrano.
Fuente (s):
http://www.navego.com.ar/biografiasDr. Francisco Bénard : Fundacion Cultural Militar