2 de septiembre de 2014

SAN MARTIN Y LA MASONERIA

 (Por Jorge Sulé)

Se ha incursionado bastante sobre este tema. Es hora de hacer un balance.

En el Nº 16 de la revista “Todo es Historia”, de agosto de 1968, una nota del Dr. Enrique de Gandía, haciendo uso de su acostumbrada actitud apodíctica, afirmó rotundamente el carácter masónico de San Martín: ardua e infructuosa tarea, porque tenía que corregir a conspicuos masones como Sarmiento, que explicaron que la Logia Lautaro “No era una masonería como generalmente se ha creído, ni menos las sociedades masónicas comprometidas en la política colonial…”.

También tuvo que enfrentar a su propio maestro, Bartolomé Mitre, Gran Maestre de la Masonería Argentina, que admitió que “La Logia Lautaro no formaba parte de la masonería y su objetivo era sólo político…” . O tenía que rebatir a masones contemporáneos como Martín Lascano, que negó el carácter masónico de la Lautaro y, por consiguiente, de San Martín, en varias oportunidades.

También el historiador de la Academia Nacional de la Historia tuvo que enfrentar a sus pares de la Corporación, como Juan Canter o Guillermo Furlong Cardiff que, en un valioso estudio aseveró que “San Martín jamás fue masón en el sentido que se le da hoy en día a este vocablo…San Martín perteneció a la Logia Lautaro. Es un hecho indubitable, pero igualmente lo es que esa logia nada tenía de masónica en el sentido heterodoxo de este vocablo fuera de sus formas externas…”.

El artículo del Dr. De Gandía no convenció porque no aportó documento probatorio alguno y, en cambio, originó varias réplicas, una de ellas publicada en el Suplemento Nª 14 de la revista “Todo Es Historia”, en la que el historiador de la Academia Sanmartiniana, Coronel Leopoldo Ornstein, con aquilatada y profusa documentación, desnudó las pretensiones iconoclastas del primero y entibió el entusiasmo de los masones que viven en la Argentina, que nunca pudieron probar el masonismo de San Martín y, por el contrario, muchos de éstos en el siglo pasado y en éste, lo siguieron negando.

Pero a nadie, hasta hace muy poco, en el mundo de los historiadores, se le había ocurrido consultar directamente a las logias centrales europeas de las que dependían las americanas, en cuyos archivos, tendrían que estar registradas tanto las logias como sus integrantes o, por lo menos, sus fundadores, como lo establecen los requisitos de la masonería mundial.

Este camino de metodología directa y contundente lo efectivizó el historiador Patricio Maguire. Fallecido este gran investigador, todo su archivo de documentos históricos inéditos, pasó en custodia al historiador Norberto Chindemi, quien ha dado a luz parte de dicho archivo. Entre estos documentos publicados, se encuentra la correspondencia entre el historiador Patricio Maguire y las Centrales de la Masonería de Inglaterra. Escocia, Irlanda y otras.

Transcribimos textualmente parte de esas correspondencia, que es definitivamente esclarecedora:

Carta de Patricio Maguire a la Gran Logia Unida de Inglaterra

Madrid, Agosto 7, 1979.

Al Señor Gran Maestre de la
GRAN LOGIA UNIDA DE INGLATERRA
Freemasons May
Great Queen Street WC 2
LONDRES

Estimado señor:

Soy un historiador argentino que investiga los antecedentes de la revolución e independencia de las posesiones españolas en América, con especial referencia a la argentina.

Gran importancia se atribuye a la acción de la denominada Logia Lautaro, existiendo una controversia ya centenaria respecto si constituyó una logia masónica o una logia puramente política (…).

Ningún historiador ha dado a conocer una respuesta basada en documentos.

Todo ha sido deducción pura.

Por esta razón el suscripto recurre a vuestra amable ayuda (…).

(…), podría resultar posible que esa Gran Logia poseyera los archivos de aquella época donde se registraría la existencia, si fueran masónicas, de las logias y sus afiliados.

Las logias cuyos antecedentes procuro hallar son las siguientes:

1) Logia Lautaro (de Buenos Aires y de Chile).
2) Logia de Caballeros Racionales Nª 7, de Londres.
3) Logia Gran Reunión Americana de Londres.
Las dos primeras pueden haber sido fundadas en 1808 y 1811. La tercera, algunos autores señalan su creación hacia 1795.

Las principales personas que presidieron o pertenecieron a esas logias fueron:

1) Francisco Miranda, de Venezuela.
2) Carlos María de Alvear, de Buenos Aires.
3) Simón Bolívar, de Venezuela.
4) José de San Martín, Matías Zapiola y Martiniano Chilavert, de Buenos Aires.
5) Bernardo O`Higgins, de Chile.
6) Luis López Méndez y Andrés Bello, de Venezuela.

Preguntamos:

1) ¿Algunas de las mencionadas logias fueron inscriptas por la Gran Logia Unida de Inglaterra?
2) ¿Podían los masones extranjeros ajenos a la jurisdicción inglesa instalar logias masónicas en Inglaterra durante aquellos años?
3) ¿Existe algún documento de carácter masónico en los Archivos de esa Gran Logia, referentes a las logias o personas antes mencionadas, y de existir, podría obtenerse fotocopia de los mismos, teniendo en cuenta su valor histórico?

Quedaría muy agradecido a las autoridades de esa Gran Logia por cualquier información que pudieran suministrarme.

Patricio Maguire
Mi domicilio hasta el 15 de octubre de 1979:
Lagasca 67 Ap. 309 B
MADRID-ESPAÑA

La respuesta no se hizo esperar, y la contestación llegó de esta manera:

Gran Logia Unida de Inglaterra
Freemasons Hall – Great Queen Street- London
Departamento del Gran Secretario.

21 de agosto de 1979

Estimado Señor:

Su carta del 7 de agosto de 1979, dirigida al Gran Maestro, me ha sido derivada para su contestación.

1) La Logia Lautaro era una sociedad secreta política, fundada en Buenos Aires en 1812 y no tenía relación alguna con la Francmasonería regular.
2) Las tres logias que Ud. menciona en su carta, jamás aparecieron anotadas en el Registro o en los Archivos ni de los Antiguos modernos, ni de la Gran Logia Unida de Inglaterra: no hubieran sido reconocidas como masónicas en este país en este país entonces ni posteriormente.
3) Las seis personas mencionadas en su carta, de acuerdo a nuestros archivos, nunca fueron miembros de logias bajo la jurisdicción de la Gran Logia Unida de Inglaterra. 4) La gran Logia de Inglaterra no era el único organismo masónico existente durante el período del cual está usted interesado. Existían grandes logias independientes en Irlanda, Escocia, Francia, Holanda y Estados Unidos de América, todas las cuales autorizaban la instalación de logias propias.
5) Nunca han existido medios legales para prohibir que extranjeros en Inglaterra crearan sus propias logias, pero tal acción siempre ha sido considerada por la Gran Logia de Inglaterra como una invasión de su soberanía territorial, y las logias así creadas no serían reconocidas como regulares, ni se permitiría a sus miembros concurrir a las logias inglesas o que los masones ingleses concurrieran a aquellas.
Sinceramente suyo.
J.W Brubbs. Gran Secretario

P. Maguire, Esq.,
Lagasca 67- Ap. 309 B
Madrid, Spain.

En la misma fecha, el historiador Maguire dirigió una carta a la Logia “Quator Coronati N° 2076, que está en la misma sede de la Gran Logia Unida de Inglaterra y que agrupa en su seno a historiadores masones dedicados a la investigación.

El tono y el requerimiento del historiador argentino son similares a los utilizados en la carta anterior.

Espigaremos algunos fragmentos por la similitud de la respuesta.

“...Es una cuestión a la cual recibimos requerimientos de tiempo en tiempo, pero sobre la cual estamos imposibilitados de proveer cualquier evidencia sobre las fuentes primarias debido a que no existió contacto alguno entre la francmasonería regular y esos movimientos dedicados a la independencia de Sudamérica. Las logias a las cuales Ud. se refiere en su carta no eran en ningún aspecto logias masónicas regulares, sino sociedades secretas políticas...”.

Luego, el autor de la respuesta sugiere la lectura de Mitre y transcribe párrafos de su obra en la que el autor argentino se explaya en los mismos términos.

Ya finalizando la carta, expresa:

“Que varios miembros de la Lautaro fueron masones no cabe la menor duda. Uno de mis predecesores John Heron Lepper, quien fue un lingüista español y una autoridad en asuntos de Sudamérica, dijo que él había investigado todo registro probable en Freemasons Hall con el objeto de relacionar aquellos con la logia inglesa, pero sin éxito.
(...) Lamento que mis informes (...) Los archivos por lo tanto, están desprovistos de documentación referente a las entidades y personas que Ud. menciona. Espero que lo manifestado sin embargo pueda servirle de ayuda.

Suyo sincera y fraternalmente
T.O Hauch
Bibliotecario y Curador Sr.

Patricio Maguire
Lagasca 67 Ap. B 309
Madrid, España.

Cartas similares el historiador argentino dirigió a la Gran Logia de Escocia y a la Gran Logia de Irlanda con resultado negativo.

No existe, por lo tanto, rastros en las grandes logias inglesas, escocesas e irlandesas, que pudieran probar el masonismo de la Logia Lautaro y de San Martín. El historiador Maguire no hizo la pesquisa en las logias francesas y holandesas. O bien consideró la indagatoria como improcedente por estar Holanda o Francia fuera de la cuestión o por sospechar que los resultados negativos de las respuestas hubieran sido similares a las obtenidas por Inglaterra.

Por lo tanto, reiteramos que la Logia Lautaro fue una reunión de americanos con exclusivos fines políticos y militares como lo fue en este siglo el G.O.U (Grupo de Obra y Unificación) que programó y llevó a cabo la Revolución de 1943. En otras palabras, existían grupos políticos y militares al margen de la masonería e independientes de su ideología y sus mandatos, con frecuencia opuestos ideológicamente a ella y que se reunían en la prosecución de objetivos políticos y/o militares.


Fuentes:

- Sulé Tonelli, Jorge.

1 de septiembre de 2014

EL GENERAL SAN MARTÍN Y LA MASONERÍA: ERRORES, INEXACTITUDES, VAGUEDADES...

  por Guillermo Brocchini

En el dia de ayer leimos asombrados la siguiente publicacion de la Subsecretaria de Asuntos Institucionales de la Masoneria Argenntina, firmada por el Gran Maestre Angel Jorge Clavero:

"José de San Martín - Biografía masónica

Mensaje de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones

El libertador de Argentina, Chile y Perú fue iniciado masón en la Logia Integridad de Cádiz (1808) cuyo Venerable Maestro (Presidente) era el general Francisco María Solano, Marqués del Socorro. Poco después se afilió a la Logia Caballeros Racionales Nº 3, también de Cádiz, donde recibi

ó el grado de Maestro Masón el 6 de mayo de 1808.

Tras un breve paso por Sevilla, se estableció en Londres durante cuatro meses, allí participó de la fundación de la Logia Caballeros Racionales Nº 7.

Con el Conde de Fife, una de las prominentes figuras de la masonería londinense, acordó los detalles finales de su viaje al Río de la Plata a bordo de la fragata George Canning junto a sus hermanos masones Alvear, Zapiola, Holmberg, Chilabert y otros.

Ya en Buenos Aires, en contacto con Julián Álvarez, Venerable Maestro de la Logia Independencia, y con su ayuda fundaron la Logia Lautaro, cuyo primer Venerable Maestro fue Alvear.

La próxima escala masónica de San Martín fue la ciudad de Córdoba, adonde llegó procedente de Salta después de organizar el Ejército del Norte y dejarlo en manos de Martín Miguel de Guemes.



El 24 de mayo de 1814, San Martín constituyó la Logia Lautaro de Córdoba, cuya Acta de fundación se conserva. Cinco meses después asumió como Intendente de Cuyo y fundó la Logia Lautaro de Mendoza.

Con su hermano masón Manuel Belgrano y a través de misivas y documentos, instaron entonces a la convocatoria de un Congreso que finalmente se reunió en Tucumán y resolvió la Independencia el 9 de julio de 1816. Tres semanas más tarde, el Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón nombró a San Martín como General en Jefe del Ejército de los Andes: el Libertador fundó la Logia del Ejército de Buenos Aires en la que fue designado Venerable Maestro.

Tras el cruce de la cordillera, el Ejército de los Andes triunfó en Chacabuco el 12 de febrero de 1817. El parte de la victoria, redactado por San Martín, lleva su firma y la rúbrica que utilizaba en los documentos masónicos.

A poco de su llegada victoriosa a Lima, San Martín fue proclamado Protector del Perú y en ese carácter tomó algunas disposiciones, entre ellas la clausura de la Inquisición. Destinó sus bienes al aumento y conservación de la Biblioteca de Lima (8 de febrero de 1822). Inmediatamente fundó la Logia Paz y Perfecta Unión de la capital peruana que en la actualidad lleva el número 1 de la Gran Logia del Perú.

Sin solución de continuidad, San Martín programó el encuentro con su hermano masón Simón Bolívar. Los preparativos estuvieron a cargo de la Logia Estrella de Guayaquil.

Al instalarse el Congreso Constituyente del Perú, declinó el mando supremo y embarcó con destino a Londres el 10 de febrero de 1824 después de una corta estada en Mendoza.

Al reencontrarse con el Conde de Fife, pasó un tiempo en Escocia. Asistió a las tenidas masónicas de las logias San Andrés Nº 59 y San Juan Operativo Nº 92. Pasó luego a Bruselas, donde se incorporó a la Logia La Perfecta Amistad que mandó acuñar una medalla de plata en su homenaje, obra del masón Henri Simon, en la que el Libertador aparece de perfil.

Al radicarse en Francia retomó la relación con Alejandro Aguado, Marqués de las Marismas, con quien asistió a las tenidas de la Logia de Ivry, cuyo Venerable Maestro era el doctor Rayer, médico personal de Aguado.

José de San Martín falleció en Boulogne Sur Mer el 17 de agosto de 1850.

De inmediato, la masonería comenzó las gestiones para la repatriación de los restos de San Martín. El proyecto legislativo fue aprobado, pero la guerra con Paraguay demoró el traslado hasta 1880. La comisión a cargo de esas tareas pensó colocar los restos provisoriamente en la Catedral de Buenos Aires, pero las autoridades eclesiásticas plantearon la objeción de los códigos canónicos que prohíben depositar los restos de un masón en un lugar consagrado.

Después de numerosas reuniones y consultas, la iglesia aceptó la construcción de un mausoleo junto a la Catedral, pero fuera del cuadrilátero consagrado. Colocó el ataúd hacia abajo, según la premisa de que quienes fallecen fuera del seno de la iglesia van al infierno que, según esa versión, se encuentra en las entrañas de la tierra. Veinte años después, las autoridades eclesiásticas comenzaron a rendir homenaje al Padre de la Patria.

La Masonería Argentina rinde emocionado recuerdo a su hermano José de San Martín, su Gran Iniciado, paradigma de virtudes masónicas claramente volcadas a su vida civil y militar."

El tema ha sido discutido abundantemente por historiadores de una u otra tendencia con un apasionamiento tan grande que en muchos casos se llego hasta el insulto personal y a expresiones escandalizadas de repudio a una u otra teorias.Tratare de evitar este tipo de practicas, contrarias al metodo cientifico que debe mantener la Historia como objeto de conocimiento, o para citar las palabras del mismo Jose de San Martin "No entrare a juzgar la justicia o la injusticia" de tales afirmaciones.

: ¿Fue masón José de San Martín? Es esta una cuestión que ha provocado grandes discusiones: no se ha hallado un documento que pruebe la efectiva afiliación a la masonería y si solo pistas o huellas que dejan un considerable margen de dudas en uno u otro sentido. Incluso se ha insinuado que “las pruebas “pudieron” haber sido destruidas por los gobiernos totalitarios del siglo XX, acusándose a Hitler y Franco (ambos furiosos antimasones) de dicha desaparición”. En nuestra bibliografía incluimos a dos autores masones: Bartolomé Mitre (grado 33) y Alcibíades Lappas (mismo grado), así como a dos autores católicos: el padre Cayetano Bruno, O.S.B., y Alberto H. Triana con el fin de intentar no solucionar esta cuestión pero si ver hasta donde pudo la masonería por un lado y la iglesia por otro influir en las ideas de José de San Martín. Aquí se plantea una primera pregunta: ¿Qué es la masonería?: Los ritos masónicos ingles, escocés y norteamericano la definen como “un hermoso sistema moral revestido de alegorías e ilustrado con símbolos” y “una ciencia que se ocupa en la investigación de la verdad divina” [1]. La Constitución de la Gran Logia de la Argentina dice por su parte “La Masonería es una institución esencialmente filantrópica, filosófica y progresista. Sus principios son: la existencia de Dios, la inmortalidad del alma y la solidaridad humana. Su base: la libertad civil y de conciencia (…). Su divisa: Libertad, igualdad y fraternidad”. [2]. Se trata de una asociación internacional, semi-secreta con características semi-sectarias (por los rituales iniciáticos) que sostiene una ideología liberal, racionalista y anticlerical (que en algunos casos fue abiertamente anticatólica) con una particular disciplina interna que mantiene ocultos no solo los rituales propios sino que protege la identidad de sus miembros y las directivas de la logia. Debido a este carácter de sociedad secreta y a la disciplina que observan sus miembros, se convirtió (en tiempos del mas cerrado absolutismo monárquico) en un órgano de discusión y difusión de ideas del Iluminismo: fueron masones Voltaire, Rousseau, Diderot, DÁlembert, Montesquieu y otros filósofos, como también los caudillos de las revoluciones norteamericana y Francesa, Washington, Franklin, Danton, Desmoulins y Robespierre. Bolívar recibió su iniciación en Francia, aunque luego en Colombia prohibiría la Orden. Napoleón, en cambio, parece haber sido iniciado en una organización similar (relacionada con la Masonería, pero independiente de la misma), los Rosacruces, a la que había estado afiliado en Buenos Aires. Santiago de Liniers. Debido al carácter laicista, anticlerical, racionalista (en el sentido de no aceptación de dogmas o “verdades reveladas”) ha sufrido condenas religiosas la masonería en si y luego sus afiliados en varias encíclicas papales a saber:

- Próvidas Romanorum (Benedicto XIV-1751)

- Ecclesiam a Jesu Christo (Pió VII-1821)

- Traditi humilitate Nostrae (Gregorio XVI-1832)

- Syllabus (Pió IX-1864)

- Humanum Genus (también llamada “De Secta Massonum (León XIII-1884)

Las primeras condenan la masonería en si misma, excluyendo a sus afiliados y aconsejando a los católicos no afiliarse a ella. La ultima (“Humanum Genus”) directamente condena a la excomunión”ipso facto”a los católicos que en adelante se unan a la Masonería.No está de más recordar que por su organización ideológica y política la Iglesia Católica es una monarquía absoluta y electiva, y sustenta una serie de dogmas con el carácter de “verdad revelada”, uno de los cuales es la infalibilidad papal en asuntos de dogma y moral.

La masonería alcanzo gran difusión entre intelectuales, políticos y militares entre finales del siglo XVIII y la totalidad del XIX. Incluso reyes como los llamados “déspotas ilustrados” (Federico II de Prusia, José II de Austria, la familia real británica de los Hannover) fueron masones activos.

Un caso curioso, pero aparentemente típico de finales del siglo XVIII, parece haber sido el de la doble observancia católico-masónica: al no existir condena abierta contra los individuos afiliados a la masonería (sino solo el consejo de no afiliarse) estos seguían “dentro” de la Iglesia, militando también en la Logia :tal fue el caso del compositor Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), afiliado en 1784 a la logia “Zum Wohltätigkeit” (“De la Benevolencia”) y autor de dos cantatas masónicas (K 623 y 623 a) [3] una “Mauerische Trauermusik” (“Música Funeral Masónica” K 479), el Himno Masónico “Brüder, Reich die Hand zum Bunde” (“Hermano, tiende tu mano a la Fraternidad”) y la opera masónica “DieZauberflöte” (“La Flauta Mágica”), pero también de 15 misas, el bellísimo “Ave, verum Corpus”(“salve, verdadero cuerpo”, himno eucarístico K618 ) y el impresionante “Réquiem” K.626, siendo frecuentes en su correspondencia referencias a sus practicas religiosas (católicas) abundando relatos como el siguiente: “Tan pronto concluyó la sinfonía (…) rece el rosario que había prometido (…)”[4]. Casos como este deben haber sido comunes en naciones católicas como España, Portugal y Austria.

En lo que respecta a José de San Martín, provenía de una familia católica: sus padres eran terciarios dominicos habiendo ingresado a la Orden el 8 de abril de 1781 en Buenos Aires, característica que compartían (en el mismo convento) de Santo Domingo, actuales calles Belgrano y Defensa en Buenos Aires con los padres del futuro general Belgrano.[5]. Educado en la católica España de Carlos III y Carlos IV, San Martín fue sin duda espectador de los acontecimientos de la Revolución Francesa. Podemos inferir que las primeras noticias de la misma “no filtradas” por la censura monárquica pueden haber llegado a el a través del trato con prisioneros de guerra franceses (como ocurrió con la posterior camada de oficiales realistas “liberales”: La Serna, Riego, García Camba, Canterac, etc.) En 1807 prestaba servicio como edecán del general Francisco Solano Ortiz de Rosas, Marques del Socorro de la Solana, Venerable (presidente) de la Logia “Integridad” Nº 7[6]. Aunque no existan pruebas concluyentes no es descabellado suponer que Solano haya atraído a San Martín a la Logia, pero aun así no podemos determinar su grado de compromiso con la misma, aunque si podemos afirmar que influiría en sus ideas liberales moderadas, por el tipo de disciplina racionalista de pensamiento. Con respecto a la supuesta actividad masónica de San Martín, el ya citado Lappas menciona las siguientes Logias. [7]:

- “Integridad” Nº 7 (Cádiz hacia 1808)

- “Caballeros Racionales” (Cádiz, donde habría recibido el grado 3- Maestro Masón – el 6 de Mayo de 1808)

- “Gran Reunión Americana”-1811-

- Logia “Lautaro” 1812

- “Paz y Perfecta Unión”-Lima 1821-.

- “San Andrés” Nº 52 y “San Juan Operativo” Nº 92- Escocia 1824-.

- “La Perfecta Amistad” Bruselas 1825

Lamentablemente el autor citado no menciona fuentes, con excepción de una carta de Alvear, fechada en Londres el 28 de octubre de 1811 que reza: “(…) Habiendo llegado a esta ciudad con los Hermanos Zapiola, San Martín, Mier, Villa Urrutia y Chilavert, hemos fundado por orden de la L: (Logia)Nº3, una con el Nº 7(…)”[8]. Sin embargo, el carácter masónico (esto es la dependencia de matrices masónicas) de las Logias ““Caballeros Racionales”, “Gran Reunión Americana” y “Lautaro” ha sido puesto en duda por historiadores incluso masones como Bartolomé Mitre y Martín V. Lazcano (ambos grado 33), quienes señalan a las citadas sociedades como órganos de conspiración contra el sistema colonial y a favor de la Independencia Americana. Mitre, quien llego a indagar sobre el tema al ultimo sobreviviente de la “Lautaro”, José Matías Zapiola afirma: “Las sociedades secretas compuestas de sudamericanos (…) se asemejaban mucho por su organización y propósitos políticos a las ventas (Logias) de carbonarios , calcadas sobre los ritos de la masonería de las que no tenían sino sus formas y sus símbolos [9]” Coinciden con estas apreciaciones de Mitre sobre la Lautaro Ricardo Rojas (El Santo de La Espada), Lazcano (Las Sociedades Secretas), Triana (Historia de los hermanos tres puntos), Otero, Canter y Pérez Amuchastegui :De lo dicho hasta aquí se desprende que laLogia Lautaro y las sociedades de Caballeros Racionales y Gran Reunión Americana no dependían de Obediencias o matrices masónicas a pesar de haber sido fundadas por el masón Francisco de Miranda, siendo solo sociedades secretas políticas. Guardando las diferencias su situación seria similar (con respecto a la Francmasonería) a la del Rotary Club, no masónico, pero fundado por el masón Paul Harris, aunque, a diferencia de la “Lautaro”, Rotary reconoce matrices fuera del país.

Si, basados en las investigaciones de los historiadores antes mencionados, podemos negar el carácter masónico de la “Lautaro”, no ocurre lo mismo con la persona de San Martín, cuya “iniciación” si bien no esta probada definitivamente, es a lo sumo sugerida por indicios Sin embargo, un rastreo hecho en los archivos de las Grandes Logias de Gran Bretaña y Escocia arrojaron un resultado rotundamente negativo. Por otra parte, sus relaciones en lo personal con la Iglesia Católica[10] fueron en general buenas, manifestándose en numerosas ocasiones (aun después de su retiro) como católico practicante implantando el rezo del Rosario y la asistencia a misa del ejercito, creando un cuerpo de Capellanes militares en el Ejercito de los Andes y nombrando Generala y Patrona del mismo a la Virgen del Carmen de Cuyo, contando a lo largo de su carrera con el apoyo y la amistad de numerosos sacerdotes como Julián Navarro, José Lorenzo Guiraldez, Fray Justo Santa Maria de Oro, Juan Antonio Bauza, Fray Luis Beltrán y Fray José Félix Aldao. Un testimonio recogido por Mariano Ossa en el diario “La Unión” de Santiago de Chile, de labios de José Matías Zapiola cuenta que en Maipú “el General San Martín, viendo flaquear un ala del ejercito gritaba a la tropa entusiasmado“Nuestra Patrona, la Santísima Virgen del Carmen nos dará la victoria, y aquí mismo le levantaremos la iglesia prometida para conmemorar este triunfo”. El 15 de noviembre de 1818, tras una solemne procesión, San Martín y O´Higgins colocaron la piedra fundamental de dicho templo, oficiando el canónigo Pedro Vivar. [11]

Podemos inferir de lo dicho que si San Martín se afilió alguna vez a la Masonería, lo hizo simplemente con el fin de lograr”contactos” y amistades que favorecieran el progreso de su carrera, tal como algunos profesionales y comerciantes se afilian hoy al Rotary Club o Clubes de Leones. Por otra parte, existió desde finales del siglo XVIII una verdadera “moda” masónica, por la cual era “elegante” y “de buen tono” pertenecer a la Orden en la cual los “iniciados”podían discutir ”de igual a igual” las nuevas teorías filosóficas, prestarse ayuda mutuamente y el intelectual ”plebeyo” codearse con el noble sin que las barreras sociales fueran obstáculo.Por otra parte pesa sobre la Masonería una “leyenda negra” que la señala como “punta de lanza” de intereses imperialistas, particularmente británicos. Puede al respecto haber algo de cierto, pero es innegable también que la Orden apoyó a Napoleón (el Gran Maestre de Francia fue su hermano José, y los mariscales Murat, Ney, Soult, etc.fueron masones y antibritanicos), así como los “Déspotas Ilustrados” (José II en Austria y Federico el Grande en Prusia). Su mecánica del secreto y la subordinación fue utilizada por otras agrupaciones (además de las sociedades patrióticas ya mencionadas) tan diversas como el Ku-Klux-Klan o la Mafia italiana, (incluso se atribuyeron a los masones la comisión de delitos comunes) pero también de la Masonería se desprendieron instituciones humanitarias como la Cruz Roja Internacional o el movimiento Scout internacional (adoptado también por la Iglesia Católica). En lo que respecta a San Martin, no encontramos datos ni indicios que lo señalen como agente británico, ni mucho menos napoleónico y si volvió a Buenos Aires en una fragata inglesa fue porque sencillamente no existía otra posibilidad: las comunicaciones con España estaba de hecho interrumpidas desde Trafalgar (1805) y con más razón aun desde la Revolución de Mayo.

En Julio de 1825, efectivamente, la logia "La Parfaite Amitie" de Bruselas hizo acuñar una medalla con la imagen de San Martin, grabada por Henri Simon, para la cual el Libertador poso personalmente. Sin embargo, el exergo dice sencillamente "Le General San Martin" y no "Le frere", como hubiera correspondido de ser membro de la Masoneria. Dicha medalla fue parte de una serie acuada por la citada Logia para honrar a diversas personalidades (tanto masones como profanos). El hecho de recibirla no pasa de ser un homenaje a un hombre ilustre y no prueba vinculacion alguna con la Orden.

Nos queda por mencionar la cuestion del Mausoleo del Libertador en la Catedral Metropolitana:El señor Clavero se hace eco de la leyenda, segun la cual estaria ubicado fuera del ambito consagrado y el ataud habria sido colocado con la cabeza hacia abajo como signo de la condenacion eterna del Liibertador:la primera afirmacion es falsa, ya que el Mausoleo del Libertador esta ubicado en el sitio en que originalmente se hallaba la capilla de Nuestra Señora de la Paz, por lo tanto, es tierra consagrada, parte integrante del Templo. Lo del ataud inclinado es verdad, pero no en el sentido que le atribuye el señor Clavero:Al morir el Libertador, se deposito su cuerpo en un ataud cuadruple, de mayor tamaño que los comunes. Cuando Albert Carrier Belleuse construyo el Mausoleo, calculo las dimensiones de un ataud normal,por lo cual, el de San Martin no cabia en el mismo, siendo preciso acomodarlo inclinado, pero con la cabecera hacia arriba,y no hacia abajo.

El tema de la filiacion masonica de Belgrano es un tema aparte:Sabido es que el creador de la Bandera fue un catolico practicante y terciario dominico: afirmar que fue mason es por lo menos arriesgado: ¿En que momento se "inicio? ¿cual y donde se encuentra la documentacion probatoria, los diplomas masonicos, las fechas de su "graduacion"? No se lo indica:"Yo soy hijo del Rey de Prusia, solo porque asi lo afirmo y no necesito probarlo".

Indudablemente esta no es la forma de hacer Historia: la Historia es una ciencia y como tal, no se basa en dogmas de fe, indiscutibles solo,porque lo afirma quien se hace llamar autoridad. No deja de resultar extraño que una institucion que hace gala de racionalismo y oposicion a toda idea dogmatica continue haciendo estas afirmaciones sin tomarse el trabajo de probarlas como lo exige la ciencia historica.



[1] A. Triana: Masonería: Historia de los Hermanos Tres Puntas. (Sin pie de Imprenta) Buenos Aires 1958- Pág. 109.

[2] A. Lappas: La Masonería Argentina a través de sus Hombres. Ed. Rego, Bs. As. 1958. Lappas (grado 33) fue Gran Secretario de la Gran Logia Argentina y director de la revista masónicaSímbolo.

[3] K. es sigla del nombre Köchel. Ludwig Alois Von Köchel es autor (1862) del catálogo cronológico de las obras completas de Mozart.

[4] Böhm, Karl: Comentarios al Réquiem de Mozart. Trad. R. Turró. En LP Philips L 00435L- Sin Fecha.

[5] Molle, A.: Don Juan de San Martín en Congreso... Cit., Quilmes, 1980, Págs.277-278.

[6] Lappas, A.: San Martín y su misión emancipadora. en Congreso... Cit, Pág. 115

[7] Lappas, A. La masonería argentina a través de sus hombres, Edit. Rego, Buenos Aires 1958, Págs. 227-231.

[8] Lappas, A., Cit., Pág. 122.

[9] Mitre, B.: Historia de San Martín, Ed. Suelo Argentino, Bs. As. 1950, Pág. 37

[10] Contrariamente a lo que se ha afirmado recientemente, los restos del General San Martín están sepultados dentro del ámbito consagrado de la Catedral de Buenos Aires. Pese a lo que se llegó a decir, que el mausoleo del Libertador se hallaba en un templete fuera de lea planta del templo, el mismo se halla en lo que originalmente fue la capilla de Nuestra Señora de la Paz, la cual fue trasladada en 1880 al lado del citado sepulcro.

[11] Bruno, Cayetano, O.S.B.: La religiosidad del General San Martín Col. “Mentalidad Cristiana”, Ed. Don Bosco, Bs.As. 1987. Pág. 14.


   Guillermo Brocchini